El azul intenso del cielo, la transparencia de la atmosfera, el aire fresco y lÃmpido; el silencio inherente a las laderas nevadas… por ahà van los recuerdos de la excursión del pasado sábado desde Ogassa al Puigsestela (2013 m) en itinerario circular. También recuerdo un cierto fastidio por haber caminado mucho, al principio, por pistas encementadas. Un disgusto que luego se transformó en aceptación pues por esas calzadas uniformizadas avanzamos con ligereza en la aproximación al itinerario propiamente montañero.
Fue magnÃfico; necesitaba mirar horizontes y lejanÃas para airear el coco en estos dÃas cuando me siento algo atrapado... cosas mÃas.
Luego, más tarde, para cerrar el circuito, volvimos al cemento, pero de bajada y con las pilas recargadas en el cordal, el caminar machacón sobre tan duro suelo apenas supuso sacrificio. En cualquier caso me apunto la opción de subir con el vehÃculo hasta la cota 1.020, y ahorrarme algo de zapateado y si se tercia, con el tiempo y energÃa escatimados, atacar también el Taga.
Sobre 1000 metros de acumulado y unos 18km. Nos sentimos satisfechos y con la impresión de que ya habÃamos hecho el “ejercicio de la semanaâ€.
En casa, en un documental de la tele, explicaron que muchas mujeres en Bourkina Faso caminan 20 km cada dÃa para buscar agua potable. Dedicando tanto esfuerzo a faenas tan primordiales no tienen tiempo para acceder ni a la mÃnima educación ligándose irremediablemente a la precariedad y a la miseria. La sequÃa de los últimos años, dicen que ocasionada por el cambio climático, afecta a estos paÃses brutalmente cuando machaca la paupérrima agricultura y ganaderÃa que son sus únicos medios de supervivencia. El primer mundo, con la tripa llena y derrochando energÃa en un consumismo feroz, oye estas noticias y escasamente se incomoda. Protocolos, reuniones, polÃticas… y mientras tanto esas mujeres, cargan cada dÃa pesadas cargas de agua en la cabeza exclusivamente para sobrevivir.
Aquesta vegada avancem més cap al Pirineu i decidim fer una bona caminada. Estem a febrer i hem de començar a pujar el ritme. Sortim d’Ogassa direcció al Taga tot i que el nostre objectiu no és el Taga sinó el Puigsestela. Malgrat que la primera hora la caminem sobre ciment, el blau intens del cel, les muntanyes pelades, i la visió llunyana dels Pirineus nevats ens ofereixen els elements suficients per distanciant-se mentalment de la urbe que hem deixat enrere i del ciment que trepitgem. Fa un dia esplèndid.