Monday 28 de April de 2008, 20:19:37

2008 04 26 Serra de Bellmunt

Con cierto sonrojo confieso que no había ido todavía a la Serra de Bellmunt. El Puigsacalm eclipsa las cimas de su entorno y es en la enésima incursión a la zona, para evitar repetirme demasiado, cuanto tomo en consideración esta sierra menor, visible desde tantos picos emblemáticos.

Es un sábado especial, salgo con Gloria "tête à tête" y el desafío es importante. Su edad la convierte en una cliente difícil: no vale lo del "paisaje", la "salud" o el "conocimiento del terreno"... he de emplearme a fondo y usar todos mis recursos para conseguir su aprobado. Trece años, sin compis para distraerse, sólo con su padre todo el día en la montaña... ¡menudo plan peñazo!

Salimos de S. Vicenç de Torello, cómodamente porque es llano, atravesando zonas mixtas de campos y casas.
Un perro escapa de su ama y  corre esperanzado hacia Gloria saltando a su vera y haciéndole fiestas. La confunde creyéndola parte de su pasado. La dueña se excusa y lo excusa informándonos que es un perro adoptado y que reacciona así con algunas personas. Debemos parecernos, en especial Gloria, a sus antiguos dueños.Enternece la alegría desatada por su supuesto reencuentro. Este perro no comprende el abandono. Sólo concibe la separación como un accidental extravío. Es conmovedora esta fidelidad y un poco estúpida...¡honrar así a quien te abandona!. Lealtad desperdiciada. Me identifico más con el gato que no se vincula a caprichosos.


Poco después el cadáver  inflado de una oveja dificulta el paso por el estrecho sendero. Lo fotografío. Gloria me amonesta; siente respeto y le da pena. Yo no pretendo ser macabro, sólo quiero mirar nuestro destino cara a cara y entrenar mi sensibilidad con lo difícil. Oveja afortunada por su digno fin: morir en el camino. De la vida secuestrada del ganado, lo más parecido a la libertad ha de ser caminar por esos senderos. La pequeña estafa de no acabar como bistec es su éxito. Accidentalmente ha eludido su destino de máquina animal; me alegro por ello.
El numeroso  rebaño, desinteresado por el deceso, pace tranquilamente en un prado próximo. (¡Cuantas similitudes veo!)

La pequeña Ermita de S. Roc está bien cuidada. Un letrero informa de su historia.
Poco después el camino llega a la falda y se hace cada vez más  atractivo: suelo empedrado, muretes de contención, sabio trazado....
Subimos y subimos, el calor hace pesados los pasos, y me advierte que ya he de buscar destinos más al Norte.

Tras la comida, en un jardincillo de Bellmunt, la siesta. Tumbado boca arriba miro el cielo entre las ramas de los árboles. Un ala delta, híbrido de buitre y mariposa, dibuja círculos en el aire y se mantiene sobre nosotros largo rato aprovechando las corrientes ascendentes. ¿Qué verá? ¿Nos estará mirando?
Quizás aquella oveja muerta vuele dentro de poco convertida en buitre... Transmutación o metamorfosis entre especies. ¡Me gusta la idea!
Voy más lejos: puestos a dar utilidad a mis despojos, si no me garantizan la "calidad" del receptor, (¡me jodería tanto dar el corazón a un hijo puta!) prefiero que los dejen en el monte para alimentar a las bestias y que me distribuyan éstas en millones de partículas de nutrimento; y me hagan ver con sus ojos sus caminos y  con sus alas me lleven muy lejos...
¡Como lo de las cenizas, pero más útil y sostenible!  ;-)
No creo que esta declaración valga como testamento vital, pero cuando menos, si algún día tengo la mala pata de sucumbir en algún lugar remoto; y finalmente me encuentran bastante descompuesto (un poco de humor negro), que sirva para consolar a quien se aflija,  porque al menos hoy  la idea me resulta divertida.
¡Calma, calma!...  Hablo sólo medio en serio.

Improviso la vuelta; un sendero señalado con pintura roja, me ofrece las mejores vistas del día. Le dejo mansamente que nos lleve. Intuyo que será interesante y no nos defrauda. Desemboca en una balconada a la Plana de Vic. Estamos aún en medio del monte pero atisbamos nuestro destino en la llanura ruralizada. A vuelo de pájaro no es mucho, pero hemos de buscar un camino por los nervios desnudos de los contrafuertes, y eso puede alargar la excursión.  Imagino que descendemos por los dedos de una desmesurada ave prehistórica  fosilizada. Es un ratito de aventura, al pasar de un "dedo" a otro, por una inevitable pendiente muy descompuesta,  nos la jugamos un poco. Voy delante muy lentamente, paso a paso, canteando y escarbando para crear huella, buscando apoyo firme. Le voy dando instrucciones a Gloria y por el tono de sus respuestas se que está tranquila. Perfecto: un poco de aventura juega a mi favor, lo que menos tragan los críos es el aburrimiento.

Al fin llegamos al coche, cansados y sedientos.
-Gloría ¿qué tal hoy?, pregunto despreocupadamente pero cruzando los dedos.
- Bien papa, me ha gustado.

¡Uff..! ¡Menos mal !¡Esta vez he aprobado! (Grito en silencio).

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