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Monday 5 de May de 2008, 20:23:06
2008 05 04 Serra de Picancel
Tipo de Entrada: CUADERNO | 2086 visitas

2008 05 04 Serra de Picancel

Apaciguado el  ardor guerrero con la excursión del jueves, el sábado mis piernas no se revelaban contra la inacción. Además mi cabeza algo relentizada por la digestión de los últimos paisajes -¡que bonito Pratdip!-, no me urgía con proyectos montañeros. Pero me conozco y sé que en estos casos, si me quedo en casa atendiendo al presente más presente, a los dos días escasos voy a estar pegándome cabezazos contra la pared, cuando la ciudad me apriete y no haya llenado de las necesarias bocanadas de aire, mi mente.

La salida del jueves alteró mis rutinarios ritmos existenciales y falto de tiempo para preparar la actividad, tuve que arriesgarme con una excursión metafóricamente "a ciegas". Tiré, eso si, de uno de los libros buenos, que van acercandose a mi mesita de noche (¿ellos solos? ¡qué misterio!) y busqué con la fe que se han ganado los autores, algún itinerario aún no realizado. La guia: L'alt Bergueda en 27 itineraris, de Azimut -76. El iti: el 26, "Picancel, serra d'aires montserratins". Muy convencido no estaba... Picancel, Pi-can-cel ¿dónde está eso?.

Picancel es una sierra secundaria del prepirineo, a la que se puede acceder con facilidad desde Vilada o Borredá.
Cuando llegué a Borredá, y la ví, me subió la tasa de escepticismo a límites dificiles de disimular. Poca montaña veía. Cuando comenzamos a caminar por la GR y comprobé su estado de abandono presentí el fiasco. Senderos invadidos por las ramas, señales despintadas... enigmaticos carteles oxidados....
Es malo abandonarse a la negatividad en estos casos; es necesario afinar el optimismo para no desperdiciar la oportunidad de reflotar la jornada.
Un ladrido desde un margen escondido me distrajo de mis turbias cavilaciones. Una perra cazadora nos amenazaba ladrando, para proteger a sus cachorros. Éstos, curiosos, se acercaron a nosotros. Al agacharnos retrocedieron en torpe carrera hacia su madre que los miraba con un conformismo desesperado, desde la distancia que habría sido óptima ante un potencial enemigo. Ladró conforme a su obligacion protectora hasta que la pertinaz desobediencia de sus hijos y la constatacion de que eramos inofensivos desanimó tanto esfuerzo. No se que verían en nosotros, pero esta claro que no los atemorizamos, pues nos siguieron los tres cachorros bastante trecho, seguidos por la madre que algo retrasada les dejaba aprender sin cortapisas del entorno.

La perra y su camada nos alegró el ánimo. Mientras comentábamos la escena, las ramas que seguían azotando mi rostro me irritaban menos. ¡Qué relativo es todo!

Recuerdo la subida hasta las ruinas de la Salga como un itinerario de tantos. No feo, pero tampoco nada especial. El itinerario no acababa de estar a la altura del resto del libro. Y en esas cavilaciones me encontraba cuando el verde brutal de los prados iluminados por el sol, en los campos abandonados, me despertó de tantas memeces. Las vistas desde el cordal: de Vilada y Borreda, del escondido Pedraforca, del Sobrepuny, del Pirineo nevado.... ¡joder cuanta belleza!
¿Es compatible divisar el horizonte y continuar con funestos pensamientos?. Para mi es imposible.
A partir de ese momento el itinerario 26, fue remontando su mal comienzo. El cordal, de roca muy semejante a Montserrat, nos llevó hasta la cima de la Salga Aguda, con cómodas trepadas. Sentados en la cima vimos toda Catalunya... (o casi toda jeje)

Unas cabras domesticas asilvestradas, más asustadizas que las salvajes, nos precedían en la marcha. Me sorprendío no oir ningun cencerro. ¡Que interesante!.¿Cuál es la historia?. ¿Había muerto accidentalmente la cabra delatora?.¿La habían liquidado sus compañeras al percatarse de que era el obstaculo para su libertad?. (Hay tema para una novela).

Lejos quedaron los sombrios pensamientos de la mañana y más aún despues de comer y beber (¡que no falte la bota!). La excursión ya había superado el listón e incrementó su puntuación el camino de descenso hacía el puente del Climent, preciosa vía por el bosque que une Vilada con la Portella. Desde el puente, en paralelo a la vaguada, primero por pista,  luego por sendero, subiendo y bajando, nos aproximamos a Borreda. En un momento cambiamos de orilla para buscar la GR que llega a Borreda desde el NW. Paisajes de recreo.

Si, "Bien está lo que bien acaba", entonces...  bien está tambien el itinerario 26, ¡qué caramba!.

(¡Pero que repasen un poco los senderos!).

 



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