...que al final se rompe. Es frágil y un descuido basta para que se haga añicos. Haberlo manejado con cuidado mil veces no evita que un único error cause su rotura.
Estabamos desbrozando un camino por Les Guilleries -un camino de los que me gustan: antiguo y olvidado- y manejaba el tajamatas como una espada contra el ejercito invasor de ramas. Lo hacÃa con la confianza de quien lleva muchas horas de practica y sabe lo que hace. QuerÃa avanzar deprisa para confirmar mi hipótesis de donde enlazaba el camino. Braceaba con energÃa y con facilidad vencÃa a las zarzas que caÃan al paso de mi afilado hierro.
Y me confié; y una rama seca, agazapada en la fronda, compensó la desleal contienda desviando ligeramente la trayectoria de la herramienta hacia mi pierna. Noté los efectos del metal en mi carne (¡pobres matas!).
No sentà dolor pero de un corte largo vi como salÃa sangre.... Por un instante me sorprendà al ver el tajo: ¿Yo cortarme? Pero la sangre que manaba era una prueba evidente. Y pensé: ¡Mierda! ¡Esto puede complicarse!.
Me senté e inspeccionamos la herida. No era demasiado profunda pero habÃa que parar la hemorragÃa. Al ver como se abrÃa supe enseguida que habrÃa que coser. Instintivamente junté el corte con las manos y apreté para evitar en lo posible perder sangre. Le echamos yodo para desinfectar y luego taponamos la herida con gasas y varias vueltas de esparadrapo. Dimos por concluida la actividad que no la aventura pues aún faltaba una hora y pico para llegar a un hospital para el necesario remiendo.
Afortunadamente no hubo contratiempos.
Aparte de la belleza del camino -he de volver- me quedó como recuerdo, por una semana, un cosido de seis puntos. He tenido tiempo suficiente para reflexionar: Cuando haces algo peligroso, (desbrozar, conducir, montaña...) no puedes nunca bajar la guardia; aunque te sientas seguro y creas que controlas, porque basta una vez, para que un accidente pueda acarrear consecuencias desastrosas.
Por cierto, quien se tenga que coser que vaya al CAP de Angles: son cuidadosos, no hacen daño y tejen fino. ¡Gracias desde aqui al médico y al ATS!