Monday 3 de September de 2007, 11:20:09

Soplaron más los vientos imaginarios, que nos tenían que llevar a los vericuetos del Clot de la Balma, que los autenticos en las cumbres... Fue un día azul y apacible. Una única nube sobre el Balandrau, creciendo trabajosamente consiguió recordarnos  las contingencias del tiempo; y como si supiera que la mirabamos, timididamente se alejó.

El domingo pasado, cuando pretendía abreviar la excursión por el Cami dels Enginyers, unos hitos que supuse  señalizaban  una vía de bajada al Vall del Freser, despertaron mi curiosidad... Desde el principio vimos mojones sobre losas no invadidas por la hierba; bastante distantes entre ellos, pero localizables... y en ningún momento camino pisado.  En un punto, perdímos la esperada señalización y me quedé con las dudas: ¿Por qué desaparecían los hitos?. Quizás una persona, o un animal... o alguna placa de nieve hubiera desequilibrado las piedras descomponiendo su significado.

En el refugio, el guarda me comento que ya no estaba representado en la cartografia más reciente.

Tenía que encontrar ese paso explicado en los planos viejos de la Alpina y olvidado o desestimado en los modernos. ¿Por qué ahora no lo dibujan?. Esos misterios a mi me interesan. Si encuentro el camino (para mi un tesoro)  es un día de alegría. Es como rescatar la verdad de un antiguo montañero o cartógrafo, que el tiempo tiende a considerar mentiroso.
Esa busqueda y el ocasional hallazgo me enseñan retales del territorio que no muestran los senderos balizados.
A veces hay que pagar el precio de una busqueda infructuosa: la frustración. En otras ocasiones, aun no consiguiendo el objetivo de la salida, algo inesperado la compensa: Un torrente escondido, un rebeco sorprendido, alguna traza de un viejo sendero... ¡

¿Hay camino o no?. ¿Por qué no está?. ¿Se confundió el delineante?...Y he de ir.

Este día nos enfrentamos a 200 mt. de pared rocosa, con pasillos de hierba, que desde la ladera opuesta parecian imposibles.

Acudimos con la moral  del pionero que está dispuesto a peinar cada metro cuadro de terreno hasta encontrar un paso factible hasta la cima... Actualmente, con tantos senderos señalizados y  guias explicandolos, se va perdiendo el estilo aventurero y se prefiere ir a tiro fijo, con una prevision de tiempo y esfuerzo definida. Con la información disponible, se planifica la actividad montañera, para poder ir quizas, al cine por la tarde...

¡Pero ah, tanta preparación!. El destino se rie de nuestros planes, ¡o los premia!. Dispuestos como estabamos a sudar el día entero en una ladera, la montaña esta vez se mostró condescendiente, y nos facilitó los pasos a la primera. Si, a la primera. Desde cada rellano guiados por la intuición accedimos al siguiente.. a la primera. Me permití incluso, puesto que ibamos muy bien de tiempo, recomponer el trazado original en un tramo hermoso pero arriesgado en caso de que la hierba esté mojada. Y encontré una canal, más fea, pero más segura, con hitos antiguos en su pie.

Cuando enlazamos el Cami dels Enginyers, nos replanteamos la excursión... y ¿por qué no subir al Torreneules, que está cerquita?. Y nos zampamos el pico, a campo traves y siguiendo a sarrios que nos indicaron los pasos en una muralla de roca...
Comer en la cima, y ver la nube que se alejaba.
Bajamos por Nuria, buscando caminos dóciles y evitando caer en la tentación de la Canal Fonda, en tiempos más salvaje...y más perjudicial para el tobillo de Miguel.

Otro buen día...  p’a que negarlo.

Analizo el track en casa:
17 km, 1630 acumulado.
¡Joer!

Si tienes Google Earth
fotos

Me llega una noticia triste...
Desde este blog de montaña he de rendir homenaje a Nana.
Ha muerto la perra que por dos años me reconoció como amo a tiempo parcial, cuando su dueña me la dejaba los fines de semana.
Muchas horas caminamos juntos. Muchas noches dormí tranquilo en medio del bosque porque sabia que ella vigilaba. Nunca perdió las ganas de monte...
Cuando me lo han dicho, he sentido el dolor de la perdida de un amigo.