He de pedirme perdón por ir deprisa.
Salimos tarde de casa; el dÃa anterior una ardua pelea con el ordenador me trasnochó más de lo previsto.. Me metà en el catre sin ganas de madrugar ni plan concreto. Por la mañana sentà remordimientos. Un sol espectacular, y yo, como un bobo en la ciudad: ¡vaya manera de maltratarme!. Opté por la solución de emergencia: la socorrida Mola de Sant Llorenç del Munt. Cerquita, sin complicaciones... una matinal perfecta.
Y subimos por donde siempre, adelantando a montones de excursionistas noveles y otros lastrados con mochilas porta-bebes.
Subimos deprisa azorando el corazón a ratos.
Repetimos el juego de caza que inventé cuando Gloria era pequeña. Animados por la persecución de piezas fáciles: pobres papis cargados de bebes, novatillos con chancletas... subimos echando chispas. Celebramos cada pieza “cazada†con un guiño y continuamos ligeros como lobos...
En la cima: la iglesia, el restaurant, y un cercado con burros y mulas...
He de pedirme perdón por ir deprisa, porque haciendo asà el tonto, dejé de sentir una montaña hermosa a pesar de estar tan humanizada. Sé que para disfrutarla más, he de ir en dÃa laborable. Pero esta vez ha sido asi y no voy a quejarme.
560 mt de acumulado y 8.5 km
Si tienes Google Earth
fotos